lunes, 1 de julio de 2013

El INCAA y las películas

 
Todos seguramente vimos a don Lanato, donde mostraron cómo se gasta la guita de la gente en películas bodrio que no van a ver ni los actores que estuvieron en las mismas.

Incorrectamente, un crítico de cine que apareció en la nota, dijo algo como que "No hay mercado para las películas en el mundo, a excepción de Hollywood y La India, por eso son los estados los que las financian". Cual Penn Jillette, voy a clamar "Bullshit!" a eso. La realidad es que no hay mercado en el cine para la mierda de películas que terminan financiando los estados.

No solo eso, sino que es a la inversa. No es el INCAA un financista de las películas que le gustan al burócrata de turno, sino que decide qué películas nacionales pueden ir al cine y qué películas se quedan afuera. Como me contó gente conocida que está en el ambiente, para poder estrenar en salas, tu película tiene que o traerla una distribuidora, o haber sido financiada por el INCAA (no importa si tenés la guita entera para hacerla por tu cuenta. Si el INCAA no pone parte de la guita, tu película no puede ser estrenada en cines). En definitiva, el INCAA es hoy lo que siempre fue: un gran pseudo-censor.

Por otro lado, estrenar una película en salas de cine, no es una tarea fácil ni barata, tal como nos mostró Sir Chandler, cuando convenció a las distribuidoras que lo dejaran encargarse del Re-Estreno de Volver Al Futuro en Argentina (que las distribuidoras habían decidido no hacer).

Entiendo que estrenar una película en salas de cine sea muy probablemente el sueño y/o la consagración de los que se dedican a eso, así como lo es publicar en una editorial el de un editor, jugar en primera (o en la selección) el de un jugador de fútbol o proyectar un rascacielos el de un arquitecto.

Pero es justamente eso: el máximo o el principio de la máxima aspiración en una profesión/oficio. No significa que pueda o tenga que ser hecho sí o sí. O que otros deban pagar por ello. Se la pasan diciendo que el arte es arte y que no debería lucrarse con eso y que patatín, que patatán. Sin embargo, no dudan en ir y agarrar el cheque.

El tema es que, hoy en día, el equipamiento para filmar y distribuir una película, bajó exponencialmente. Por ejemplo, las cámaras que usaron para filmar las escenas de acción en los bosques para Capitán América, son simplemente unas muy buenas cámaras de fotos, idénticas a las que tiene un amigo fotógrafo amateur (recientemente convertido en profesional). Lo mismo pasa con la distribución de la película: llegar al público es muchísimo más accesible que hace 10 o 20 años, y cualquiera puede hacerlo. No estrenará en cines tal vez, ni se volverán ricos, pero sí pueden hacer un mango y/o algo para mostrar para poder laburar para otros. Así como no todo arquitecto hace rascacielos, no todo cineasta o actor va a estar en la pantalla grande.

Mientras todos los días vemos ejemplos de nuevas formas de proveer entretenimiento (nichos como hace Montes-Bradley, crowd-funding como para la película de Veronica Mars y Harbinger Down, entre otros) y cada vez más películas exitosas (que recaudan su costo en una semana), el gobierno se dedica a darle de a un palo o más a películas que no llenan un bar un sábado a la tarde. Después se preguntan por qué los artistas son "comunistas" o chupamedias del gobierno.

3 comentarios:

  1. Espectacular, San. Totalmente de acuerdo!

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  2. Me gustó mucho el artículo.
    Coincido especialmente en ¿por qué tenemos que pagar "todos" las aspiraciones de algunos? y en que se llenan la boca con que "el arte no se negocia" pero lo primero que hacen es agarrar el cheque.
    Buenísimo San!!

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  3. Una vez más, los rebeldes inconformistas demostraron ser los más chanchos de los burgueses.

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